Quiero ir a un cine porno.
No es por lujuria, de hecho, esa extravagante idea mía va más por el sentido de aventura, el desafío de ir a esos antros tan vilipendiados y censurados por todos.
Yo creo que censurar es una forma primitiva de control que puede ser enfermiza, e incluso inhumana, porque es bastante frío censurar. Es truncar, es como decir "Mandemos a todos los ladrones a una isla", sin pensar en que los ladrones también tienen familia, y necesidades...aunque se dediquen a ese deshonroso rubro. Por eso censurar no toca nuestra humanidad, y entonces, no nos erradica totalmente la "mardad" que tanto replicaban nuestras abuelitas. Es como cortar superficialmente la hierba y no sacarla de raíz, es un rasgo totalmente conservador, y cuál es la gracia de ser conservador? La evolución nos brinda más satisfacciones en ese caso.
Por eso, qué debemos hacer cuando vemos cosas libidinosas, qué es más sano que censurar: es mirar el objeto que nos levanta la líbido y reflexionar sobre eso. Por qué es malo, y a la vez, tan tentador. Por qué se restringe, por qué lo necesitamos...y todo lo que se ocurra sobre el tema, porque esto tampoco es una receta de cocina.
Lo pervertido de la pornografía, o de un desnudo, está en el ojo de quién lo ve. También está en todos nuestros ritos sociales. Cuando ya reflexionaste sobre el tema, ya te sentirás preparado para mirar de frente el asunto pornográfico con mucha actitud. Incluso, puedes responderte muchas preguntas vitales que aparentemente no tenían algo que ver con el tema. La gracia está en sacar de tu cabeza y eliminar todos esos vicios sociales que posee la persona promedio, y por eso, si en vez de censurar comprendes el asunto, estaríamos hablando de una evolución personal...y uno se siente tan bien cuando descubre algo nuevo, algo que estaba ahí pero que no sabías percibir.
Y de hecho, esta "comprensión" de la cosa sexual también puede aplicarse para muchas otras cosas, y de hecho, si aplicas esta nueva forma de ver las cosas en tu vida, de seguro tu visión de todo cambiará...pero bueno, eso da para otro tema. Por eso, finalmente, un recorrido por la pornografía es un desafío que puede ser grato si es que se va más allá del círculo vicioso de los mitos, de "lo que te contó el amigo de un amigo", y de los omnipresentes prejuicios, porque claro, si aprendes a ver sanamente la pornografía, puede ser un paso para lograr la codiciada mente sana, y lograr cambios fundamentales en tu vida.
Por esos motivos me gustaría ir a un cine porno, y con alguien, porque es obvio que es peligroso, que no toda la gente va a ir con la misma disposición de uno. Y bueno, si a alguien le entusiasmó el asunto, la invitación queda abierta...y que conste que lo que dije fue en el buen sentido de la palabra!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario